La Comunicación entre maestro-alumno debe ser algo más que un simple intercambio de palabras, se debe llegar a una "metacomunicación".
Para aprender a aprender, se debe enseñar al cerebro a discriminar conocimiento y, a la vez, a generarlo, a regresarlo a cualquiera de los tres planos involucrados: la oralidad, la escritura y la lectura. Por ello existe la posibilidad de que el alumno se convierta en coautor, al descubrir el significado en un texto o discurso y en autor de un nuevo conocimiento, al generar pensamientos a través de lo aprendido.
Para que el docente genere un proceso de comunicación más efectivo dentro del salón de clases, se hacen algunas sugerencias:
- Procurar que el alumno deje de ser pasivo y se involucre directamente con el aprendizaje; para ello puede utilizarse la redirección de preguntas o la comparación entre los puntos de vista que tienen los alumnos respecto a un tema analizado.
- Guiar al alumno a que aprenda a seleccionar la información relevante de lo que lee, antes de responder.
- Dar al alumno la oportunidad de exponer sus dudas más abiertamente; de identificar, relacionar y defender sus opiniones en comparación con las de sus compañeros.
- Exhortar al alumno a que aprenda a construir y a compartir conocimientos. en este sentido, él tiene voz y voto dentro del proceso enseñanza-aprendizaje y está aprendiendo a aprender.
Bibliografía: Deyanira G. Pinales Rodríguez/Irma N. Lagunas Beltrán. "Comunicación Oral y Escrita". Editorial Trillas. ITESM Universidad Virtual.
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